jueves, 29 de mayo de 2008

La VeracidaD Del Sagrado Corán


LA AUTENTICIDAD DEL CORÁN

El Corán contiene exclusivamente, las revelaciones que el Profeta Muhammad recibió de Dios, estas revelaciones le llegaron por partes con intervalos de tiempo. Tan pronto como recibía una de ellas se las comunicaba a sus discípulos y les pedía, no sólo que la escribieran sino que la memorizaran. En cada ocasión, el mismo indicaba en forma precisa el lugar al que pertenecía esa revelación. De este modo, la totalidad del Corán fue mantenida en forma escrita y memorizada durante la vida del Profeta.

Después de la muerte del profeta, el primer Califa, Abu Bakr, le encomendó a Zaid bin Thábit la tarea de preparar una copia auténtica en forma de libro, de la totalidad del texto.

Los compañeros del profeta habían escrito las revelaciones que recibía en pedazos de madera, piel, huesos, etc. Zaid bin Thábit juntó todos los textos y luego de compararlos con lo que cientos de discípulos habían memorizado, compiló una copia llamada 'Mushaf' (hojas encuadernadas); la autenticidad y exactitud del mismo no puede ser impugnada. Posteriormente y bajo las órdenes del tercer Califa Othmán ( a 15 años de la muerte de Muhammad), se prepararon siete copias del Mushaf , que se enviaron a las diversas capitales del vasto mundo islámico, confirmando su autenticidad con los cientos de personas que lo habían memorizado. Aún se conserva una de estas siete copias en Tashkent y se puede corroborar la similitud con las copias actuales.

El gobierno zarista de Rusia publicó una reproducción exacta del mismo y también aquí se nota la similitud con las copias y los textos que hoy circulan en el mundo. Lo mismo se puede decir de los Coranes existentes, completos o fragmentados, que datan del primer siglo de la era musulmana.

La práctica de memorizar el Corán en su totalidad se ha mantenido vigente desde la época del Profeta hasta nuestros días y actualmente se puede contar el número de Háfiz (Título de quien memoriza todo el Sagrado Corán) en cientos de miles por todo el mundo. El resultado de esto es que ningún humanista oriental u occidental, musulmán o no, puede dudar de la pureza y veracidad del texto del Sagrado Corán.

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