jueves, 16 de agosto de 2012

Historia de Musa y el ángel de la muerte

Cuando el ángel de la muerte vino a tomar el alma de Musa (alaihi salam), este último le reventó el ojo de un golpe. El Señor (Exaltado sea) restableció al ángel su ojo cuando regresó a Él. ( 1)

El Angel de la Muerte se presentó bajo una forma humana al profeta Musa( alaihi salam ) para tomar su alma. Pero éste le atizó un golpe, reventándole un ojo. El ángel volvió hacia el Señor y Le dijo: " Tu me has enviado a un hombre que se niega a morir". Allah le restableció su ojo y le ordenó: " Regresa a buscarlo. Le dirás entonces que ponga su mano sobre el lomo de un buey. Le será concedido tantos años a vivir como pelos cubra su mano".
Una vez informado de esto, Musa dijo: " ¿Y que pasará después? " Tu terminarás muriendo", le explicó el ángel. Musa se decidió: " Pues si es así, es mejor que sea ahora". Sin embargo, le pidió a Allah que lo acercara a tierra santa (Palestina) a la distancia de un tiro de piedra.

El Profeta (salallahu alaihi wa salam ) acabó la historia diciendo: " Si yo estuviera allí, les mostraría su tumba al lado del camino cerca de la duna roja".

Este hadiz es mencionado en los dos Sahih auténticos de Al Bujari y Muslim. El autor lo mencionó con la intención de apoyar está verdad, ya que algunos heterodoxos lo niegan argumentando que es imposible que Musa atizara a un ángel. Pero, nosotros les replicamos que el ángel se presentó a Musa bajo forma humana. Por lo tanto Musa no sabía quien era verdaderamente esta persona que venía a pedirle de devolver su alma, él se defendió como lo exige la naturaleza humana en caso de peligro.
Pero si Musa hubiera sabido que se trataba del ángel de la Muerte, él no le hubiera atizado. En efecto, es por lo que se sometió deliberadamente en la segunda visita del ángel que, esta vez, había aportado la prueba de que había sido enviado por Allah, es decir el período de vida que se le concedió de vivir, tantos años como pelos de buey podía cubrir su mano.

1 : Hadiz sahih narrado por Al bujari 1339, An Nasai 4/118 y Ahmad 2/ 315.

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